martes, 27 de septiembre de 2011

All the highs and the lows

Se despertó como cualquier otro día. Los incipientes rayos de sol y la brisa matinal propia de los primeros meses del otoño comenzaban a entrar sin pedir permiso por las rendijas de la persiana que había dejado entreabierta la noche anterior.
Aún tenía sueño, pero no se encontraba cansada. Tenía pintura en sus ojos ya emborronada, pero no se acordaba ni de cómo había llegado hasta allí. Tenía a su alrededor colillas apagadas a medio fumar, pero ella no fumaba. Tenía la sensación de sentirse bien consigo misma y con el mundo a su alrededor, pero no sabía por qué. 
Se desperezó como de costumbre: estiró los brazos, bostezó, se frotó los ojos, volvió a bostezar. Cogió sus zapatillas y como siempre le costó encontrarlas. Se dirigió al baño a lavarse la cara, pues sus mañanas de resaca desde que tuvo la edad (socialmente) legal para beber, siempre comenzaban así. Bajó a la cocina y se preparó su desayuno de los "domingos post fiesta" por excelencia: Ibuprofeno600 y agua, mucha agua.
Despejada por fin, subió otra vez a su cuarto y pulsó el play de la minicadena negra retro que presidía su mesilla de noche. Comenzaron los primeros acordes que ya sabía de memoria, esa voz delicada tan familiar y tan vinculada a su vida desde hacía tanto tiempo que hubiera reconocido a kilómetros. Era "Don't Look Back Into The Sun", sin duda. Era Pete, eterno Pete. Pues siempre se había sentido atraída e identificada con él, ese punto canalla que siempre le gustó, su sensibilidad y su fragilidad tan palpables que daba ternura y que sin embargo mantenía escondida tras sus rebeldías más profundas, de las que sólo el populismo barato se hacía eco. Empezó a formar parte de la banda sonora de su vida en un momento crucial y desde entonces nunca se había ido de ella, eran un remanso de paz, tranquilidad y comprensión que sólo podía encontrar en la  exquisitez de sus letras, un refugio que sólo podía encontrar en la calidez de su voz. 
"Una mañana más", pensó. 
Y sí, la verdad es que aparentemente todo parecía igual, en el mismo punto en el cual lo había dejado la noche anterior, y sin embargo ella no se daba cuenta de que en realidad había dejado de ser la misma desde hacía tiempo. 

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