lunes, 27 de diciembre de 2010

¿Cuánto tiempo?

Que triste, ¿no? Haberte escrito tanto a ti, mientras tú ni siquiera te has dignado a leer nada mío. Me encantaría escribir sobre otras cosas, sobre otros sentimientos, dedicarle el tiempo a otras personas o simplemente a mi, intentar recomponerme, pero qué va, ya no tengo fuerzas ni para reír.
Ojalá este fuera el último capitulo de mi vida dedicado a ti, que mañana al despertar ni me acordara de tu nombre, pasar página... pero cómo va a ser posible, si aún al acostarme sigo derramando lágrimas por lo que un día fuimos, si las páginas del libro de mi vida están pegadas desde el momento en el que pusiste el punto y aparte en esta historia. Cómo, si a cada paso que doy por esta ciudad me sigo acordando de ti y de tu puto olor.
Me gustaría ser como tú, que apareces y desapareces a tu antojo, que tienes esa facilidad innata para olvidarlo todo. Tú, que soltaste los te amo sin pensar y ahora ni siquiera eres capaz de decirme hola. Y sin embargo no tienes huevos a cerrar la puerta al pasado. Eres increíble.


Y qué quieres que le haga, si los recuerdos vuelven y me pillan desprevenida, sin escudos y sin fuerzas, si aquellas canciones que un día contaron nuestra historia hoy cobran otro significado, si ahora dicen que me vaya, sí, pero esta vez lejos, muy lejos de ti...



jueves, 23 de diciembre de 2010

Miedo


Existen muchos tipos de miedo: el miedo al fracaso, el miedo al compromiso, el miedo al futuro y el miedo a mirar atrás, el miedo de cometer errores, el miedo al amor y al desamor, el miedo a la muerte, el miedo a vivir. Pero de todos los miedos tú elegiste el más cobarde, el miedo de enfrentarte a la realidad, el miedo a escuchar tus propios sentimientos, el miedo de enfrentarte a mí. Eres tan ridículo que incluso me haces gracia, piensas que tapando tus ojos con las manos vas a desaparecer, como por arte de magia. Pero desgraciadamente la magia no existe y yo ya no soy la misma, ya no creo nada de lo que sale de tu boca. Así que lo siento, nada te va a salvar. Me has dado los peores momentos de mi vida y ni siquiera eres capaz de pedirme perdón. Mis heridas siguen supurando, mientras tú ni te dignas a decirme adiós.
Tienes miedo, lo noto. Huele demasiado a podrido.

sábado, 18 de diciembre de 2010

No, woman, no cry...

Y las ganas de reír han ido dejando paso a las ganas de llorar, sí, eso es precisamente lo me apetece ahora: llorar, y diluir los nudos en mi garganta, llorar para que las lágrimas limpien mi interior y se lleven a su curso tu recuerdo que aun esta clavado en mi, pinchándome y retorciéndome. Llorar, y que cada lágrima haga que te ahogue en el olvido, y que tus fantasmas no logren salir a flote, se ahoguen para siempre. Y mientras llore mis ojos se queden ciegos y no me permitan ver tu silueta nunca más, mis oídos se queden sordos y así me impidan oír tu voz que como un eco se repite en mi cabeza hasta la saciedad. Dilapidar para siempre el pasado y enterrar tus mentiras con él.
Cogeré mil llaves y mil cerrojos, una caja fuerte, un bidón de gasolina y una caja de cerillas, y aun así creo que tu recuerdo sobreviviría, eres jodidamente inmortal...






Y no, no hay mejor terapia que una buena canción: Gran Bob.

domingo, 12 de diciembre de 2010

El bucle de tu olvido, el redil de mis instintos.

Y tengo miedo de que vuelvas y entres en mi vida otra vez, buscándome, abriendo puertas que pensaba que había cerrado para siempre, desmontando mi orgullo, haciendo que retroceda al punto de partida cuando ya estaba llegando a la meta, pero lo peor es que no sé si me da más miedo que no lo hagas, que todo termine así, como si esto no hubiera significado nada para ti, como si ya no significaras nada para mi, hundiéndome en el más pesado y absurdo de los silencios.
Si no lo arreglamos, ¿sería ese el mayor error de nuestras vidas?
Y si lo hiciéramos, ¿sería ya demasiado tarde?
Y no, no lo aguanto más. Necesito respuestas, necesito explicaciones, necesito que me hables y me digas lo que piensas, porque por mucho que lo intente ya no te entiendo.
Es tan triste haber llegado a este punto después de haber pasado tanto, después de haber estado construyendo un amor tan grande que toda esta situación se me hace increíble. Te escondes y te callas, pensando que así vamos a ganar algo, ¿es que no ves que nos estamos haciendo aun más daño? Coge tu valor de una puta vez, atrévete a enfrentarte a los problemas, como una vez te atreviste a quererme y después, que el destino sea el que decida.


Hemos perdido tanto que a estas alturas no creo que nos quede ya nada que perder.


Did I dissapoint you
or leave a bad taste in your mouth?
You act like you never had love
And youu want me to go without you

martes, 7 de diciembre de 2010

Crónica de un concierto


Cuatro de diciembre, once menos cuarto de la noche. Las luces se apagan, el clamor y los gritos de la gente se va encendiendo. Humo en el escenario, sudor en el público, y de repente una tímida luz se prende. Allí están, saliendo a escena. Rubén y Leiva, Leiva y Rubén, el dúo perfecto.
Leiva sigue su estética de hace ya varios conciertos, camisa a cuadros, pitillos de la 32 (como mucho) y botas marrones que según Rubén, de la mierda que llevan se podrían quedar de pie solas; Rubén está aun más delgado si cabe, empieza a preocuparme... Con ellos llega la banda al completo, que ratifican que Pereza no son solo dos y que aunque menos conocidos, aunque sus caras no ocupen portadas de discos, están ahí detrás, siempre, y hacen de Pereza un
gran grupo: César Pop dando vida a los teclados, Luismi el "huracán" percusionista y Rober a la batería, Manolo Mejías al bajo y la última incorporación a Pereza, o mejor dicho, un viejo conocido que vuelve: es Tuli, antiguo componente del grupo en sus inicios antes baterista que ahora regresa con el saxo, para dar aún más magia a las canciones.
Ahora sí, ahora sí que ha empezado el concierto. Los primeros acordes de la eléctrica y del
saxofón empiezan a perfilar la melodía de "Leones". La gente comienza a apretujarse, pretendiendo ver más, oír más, sentir más. Haciendo suyas las canciones, una a una, cantando estrofa a estrofa sin a penas respirar, de principio a fin, sin perder movimiento alguno de lo que pasa sobre el escenario. Quizá eso sea lo bonito, lo que les hace levantarse de la cama y sentirse orgullosos de haber logrado su sueño y haber hecho de eso su vida, sentir que tu canción ha llegado al público, que siguen contigo el compás.
Y así casi dos horas de auténtico rock n' roll, con el público dejándose los pulmones en el suelo de la sala de tanto cantar, elevando el volumen en canciones que han sido, son y serán grandes, como "Animales", "Cómo lo tienes tú", "Mánager" o "Todo" y sintiendo la armonía y la perfección de baladas que hacen relucir el talento de estos dos madrileños como "Champagne", "4:26","Amelie" y "Lady Madrid", y otras directamente salidas de las entrañas, como la visceral "Por mi tripa", haciendo guiños por el camino a Lou Reed con un poco de "Walk on the wild side", a los Beatles con canciones como "Stand by me" y un "With a little help of mi friends" con la banda al completo haciendo los coros, que precedió a "Beatles": "Mucha gente nos pregunta si somos más de los Beatles o de los Stones, tiene gracia la pregunta, no se podría hacer música sin ninguno de ellos" confesaba Leiva. Rescataron también canciones que "se habían ido quedando en el banquillo, pero que en realidad les habían ayudado a llegar a lo que son hoy" como "Pienso en aquella tarde", una canción que me ha acompañado tanto tiempo, me dio a conocer a Pereza y ha sido protagonista de buenos momentos en mi vida.
Pero la magia, la verdadera magia llegó con "Llévame al baile", Leiva se atrevió a pedir 3 minutos de silencio, para hacer de esta canción aun más bonita si es que se puede y no se equivocó. Luz baja, guitarra acústica en mano. Ponía los pelos de punta. Consiguió que la canción calara aun más hondo.
Y tras hacer creer que ya había terminado y conseguir que la gente coreara un "otra, otra!" incesantemente, volvieron, enseñando el lado más canalla que siempre les ha caracterizado: gafas de sol, luciendo torsos, huesos y tripa y dando vida a las canciones más desenfadadas de la banda como "Señor kioskero" o "Grupis" en la que, como ya es costumbre, Leiva aprovechó para presentar a la banda y Rubén para presentar a Leiva.
Pero inevitablemente, todo en la vida llega a su fin, y despues de
casi dos horas y media, tocaba despedirse, diciendo adiós con un descarado "Superjunkies" prometiendo un "Nos vemos pronto" y dando las gracias a todos los que nos habíamos dejado la piel bajo el escenario.
En definitiva, un gran concierto: Pereza nunca decepciona. Sus directos quizás sean los mejores y más auténticos directos del panorama musical español actual.
Es una banda con MAYÚSCULAS que a pesar de que muchos únicamente se limiten a clasificarles como una banda de "pop" y "quinceañeras" y crean hacer "rock", hay gente que miramos más hondo, más en el fondo, que captamos la esencia pura de Pereza y cuando los ves en directo, todas esas dudas se disipan.
No es solo fachada: Pereza hacen rock, y lo hacen francamente bien.










"Las canciones son tuyas sólo cuando las estás componiendo,
y es una maravilla, es tu pequeña perla. Cuando la canción
sale del estudio. deja de ser tuya y es una canción de la gente.
Se pone a volar hacia donde la lleve el viento y eso es más bonito todavía"
Leiva







Y por último, aquí os dejo un trocito de concierto con "Llévame al baile". Pura magia